El concepto de Financiación Alternativa nace en contraposición a la financiación “clásica” o tradicional que se asocia a la obtención de recursos a través de entidades financieras o mercados de capitales.

Dentro de este grupo de medios financieros encontramos figuras tan diferentes entre sí como el Crowdfunding o el Capital Riesgo.

La nota común es que nacen como consecuencia de un mercado con una necesidad de financiación que no era satisfecha totalmente por los medios tradicionales.

Estos medios de financiación son cada vez menos alternativos ya que están cada vez más extendidos y asentados, pero siguen recibiendo este nombre para diferenciarlo de la financiación “de toda la vida”.

El origen de este tipo de financiación

La Financiación Alternativa surge, como decimos, como respuesta del mercado ante una necesidad de medios de financiación más rápidos, flexibles y dispuestos a aceptar mayores niveles de riesgo.

Y es que, en muchas ocasiones, la financiación alternativa es el medio que tienen las empresas para financiar un proyecto cuando una entidad de crédito tradicional no quiere o no puede asumir el riesgo que éste supone. En tales casos necesita de un tercero que esté dispuesto a asumir un mayor riesgo, a cambio de mayores rentabilidades.

Realmente, la financiación alternativa ha existido desde la antigüedad: los históricos mecenas que patrocinaban a un artista o científico son un claro ejemplo. Sin embargo, los avances tecnológicos han favorecido la expansión de estos sistemas de financiación, permitiendo que yo pueda participar en la financiación de una película con unos pocos euros.

La Financiación Alternativa suele requerir una contraprestación “clásica” (monetaria), ya sea mediante el pago de intereses o dividendos, según el tipo de financiación de que se trate.

Pero también se recurre a este tipo de financiación en algunos casos de proyectos que obtienen fondos de personas que quieren colaborar desinteresadamente o con remuneraciones «en especie». Este es el caso de proyectos que se remuneran, por ejemplo, con un reconocimiento en los créditos de una película o una muestra gratuita del producto una vez salga a la venta.

A la empresa que solicita la financiación, esto le permite reducir su exposición al riesgo bancario a la vez que incrementa su poder negociador frente a alguien que dependa totalmente de financiación bancaria.            

Tipos de Financiación Alternativa

Como hemos comentado, dentro de este grupo englobamos multitud de mecanismos de financiación, ya sea de fondos propios o ajenos, que se caracterizan por la desintermediación financiera: la paulatina desaparición de la figura de los bancos entre prestamistas y prestatarios.

Repasamos aquí algunos de los más habituales, pero el mercado se reinventa día a día ofreciendo nuevas variantes y alternativas.

Crowdlending o Crowdfunding

La característica de este sistema de financiación es que se compone de multitud de pequeños inversores que participan en la financiación de un proyecto concreto. Actúan como prestamistas (se les tendrá que devolver el dinero prestado) o como accionistas (pasando a ser socios del proyecto participado).

Existen multitud de plataformas que ponen de esta forma en contacto proyectos o negocios con inversores dispuestos a participar en ellos con participaciones relativamente pequeñas.

Capital Riesgo

El Capital Riesgo hace referencia a la participación en los fondos propios de un negocio por parte de terceros que aportan capital a cambio de participaciones en la empresa.

Es una forma de obtener recursos para empresas no cotizadas cuando los socios accionistas necesitan financiación adicional para su proyecto y no quieren o no pueden endeudarse.

En estos casos, se busca financiación de socios que participen en el negocio.

Aquí no hay una multitud de personas que participan en el proyecto, sino que se trata de un inversor concreto con participación directa en el devenir de la sociedad y el negocio.

El mundo del Capital Riesgo se trata de un sector muy profesionalizado, con expertos en valoración de empresas y negocios.

Generalmente participan entidades de Capital Riesgo, vehículos a través de los que un conjunto de inversores privados aúna sus fondos para poder hacer frente a una mayor inversión en uno o varios proyectos.

Dentro de este sector, también distinguimos según la fase en la que se encuentre la empresa.

El Venture Capital se refiere a la financiación de empresas en su fase más inicial o start-up, ya sea de lanzamiento (Seed Capital o Capital Semilla) o de arranque. Son las inversiones más arriesgadas, ya que el éxito de un negocio depende de multitud de factores.

En empresas más maduras, ya estabilizadas, la participación en fondos propios por parte de terceros recibe el nombre de Private Equity.

Una figura relativamente concreta de Capital Riesgo es la de los Business Angels: inversores particulares que suelen contar con renombre en los mercados, por lo que aportan no solo financiación sino experiencia en gestión y dirección de empresas.